Unos de los factores que más pueden influir a la hora de someterse a una cirugía estética es el hecho de ser fumador. Muchos centros se niegan a realizar tratamientos a pacientes fumadores, debido a los posibles riesgos que están asociados al consumo del tabaco. Esto hace que algunos pacientes mientan acerca de su hábito, lo cual lo hace un hecho muy peligroso, ya que el tabaquismo puede ralentizar el proceso de curación, e incluso aumentar los riesgos y complicaciones de la cirugía en un 300%. Por lo tanto, si es fumador/a, una buena idea es dejar de fumar antes de la cirugía o por lo menos poner este hecho en conocimiento de su cirujano.
Lo más importante a la hora de hacerse una cirugía plástica es que el paciente tenga expectativas realistas del beneficio de la cirugía, así como conocimiento de los posibles riesgos.
Muchos de los problemas de satisfacción de los resultados de una cirugía plástica que se generan después de operarse son porque las expectativas, lo que se espera, no son acordes a los posibles resultados de qué se podrían obtener.
Los mayores riesgos de las operaciones de cirugía plástica estética son: infección, cambio sensorial en/o alrededor de la zona operada, decoloración de la piel, asimetría, necrosis de los tejidos, formación de tejido mal cicatrizado, dolor y reacciones alérgicas a la anestesia.
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