El tratamiento con luz pulsada dirige controlados pulsos de luz en la superficie de la piel. La luz es absorbida por una de las sustancias químicas naturales del propio cuerpo: la hemoglobina en sangre. La hemoglobina convierte la energía de la luz en calor. Este calor es dirigido a la pared de los vasos sanguíneos, los cuales son dañados y eliminados permanentemente por el mecanismo de defensa del propio cuerpo. El tratamiento dura pocos minutos. Cada polvo o emisión de luz, se percibe como una leve picada o pellizco, pero es perfectamente tolerable. Si la cuperosis está asociada a granitos se llama rosácea y requiere mayor tratamiento médico asociado. Las dilataciones vasculares pueden ser únicas en forma de araña o múltiplos (cuperosis). Los angiomas son malformaciones congénitas de tamaño variable que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, el nacimiento o poco después. Actualmente, la tecnología láser es la mejor opción para el tratamiento de los angiomas o puntos rubí, cuperosis y arañas vasculares porque coagula de forma selectiva los capilares dilatados, sin producir daño a la piel.