Los lentigos solares suelen aparecer después de los 30 o 40 años. Se trata de manchas ovaladas o redondas, de diferentes tonalidades de marrón, uniformes y que se localizan en la cara, en el escote, en los brazos o en el dorso de las manos. Son mayores que las pecas / efélidas y no desaparecen en invierno. Los lentigos solares no son cancerosos ni tienen riesgo de producir un cáncer de piel, pero nos dicen que la exposición solar ha sido excesiva.
La mejor forma de prevención es el uso de protectores solares y controlar la exposición al sol y una vez ya han aparecido se pueden eliminar de forma rápida e indolora con la aplicación de la luz pulsada intensa (IPL).